jueves, octubre 16, 2008

Elementos de la Ofrenda de Muertos.

OFRENDAR. En el Día de Muertos, es compartir con los difuntos el pan, la sal, las frutas, los manjares culinarios, el agua y, si son adultos, el vino. Es estar cerca de nuestros muertos para dialogar con su recuerdo, con su vida. Es el reencuentro con un ritual que convoca a la memoria.
LA OFRENDA DE MUERTOS: Debe tener varios elementos esenciales e imprescindibles para recibir a las ánimas:
EL AGUA: La fuente de la vida, se ofrece a las ánimas para que mitiguen su sed después de su largo recorrido y para que fortalezcan su regreso. En algunas culturas simboliza la pureza del alma.
LA SAL: El elemento de purificación, sirve para que el cuerpo no se corrompa, en su viaje de ida y vuelta para el siguiente año.
VELAS Y VELADORAS: La flama que producen significa "la luz", la fe, la esperanza. Es guía, con su flama titilante para que las ánimas puedan llegar a sus antiguos lugares y alumbrar el regreso a su morada. Si los cirios o los candeleros son morados, es señal de duelo; y si se ponen cuatro de éstos en cruz, representan los cuatro puntos cardinales, de manera que el ánima pueda orientarse hasta encontrar su camino y su casa.
CIGARROS: Cigarrillos hechos con picietl (tabaco con otros ingredientes vegetales) envuelto en hoja de maíz, plátano u otros eran utilizados por muchas personas en tiempos pasados. El fumar era considerado un acto ritual y placentero. El humo comunicaba la tierra con el cielo y era ideal para trabajarlo como oráculo.
COPAL E INCIENSO: Es el elemento que sublima la oración o alabanza.
FRAGANCIA DE REVERENCIA: Se utiliza para limpiar al lugar de los malos espíritus y así el alma pueda entrar a su casa sin ningún peligro.
LAS FLORES: Son símbolo de la festividad por sus colores y estelas aromáticas. Adornan y aromatizan el lugar durante la estancia del ánima, la cual al marcharse se irá contenta, el alhelí y la nube no pueden faltar pues su color significa pureza y ternura, y acompañan a las ánimas de los niños. La flor amarilla cempasúchil (Zempoalxóchitl) significa en náhuatl "veinte flor", efeméride de la muerte.
EL PETATE: Entre los múltiples usos del petate se encuentra el de cama, mesa o mortaja. En este particular día funciona para que las ánimas descansen así como de mantel para colocar los alimentos de la ofrenda.
EL IZCUINTLE: Lo que no debe faltar en los altares para niños es el perrito izcuintle en juguete, para que las ánimas de los pequeños se sientan contentas al llegar al banquete. El perrito izcuintle, es el que ayuda a las almas a cruzar el caudaloso río Chiconauhuapan, que es el último paso para llegar al Mictlán.
DULCES: Se preparan dulces de muchas clases: de leche, nuez, coco, pistache, limones rellenos de coco, figuras de chocolate, azúcar, palanquetas de cacahuate, ates, camote, calabaza en tacha, entre otros. Estos están preparados con todo cariño para atender el gusto de los niños difuntos. Esto es para mantener felices a los pequeños muertos.
EL PAN: El ofrecimiento fraternal es el pan.
EL GOLLETE Y LAS CAÑAS: Se relacionan con el tzompantli. Los golletes son panes en forma de rueda y se colocan en las ofrendas sostenidos por trozos de caña. Los panes simbolizan los cráneos de los enemigos vencidos y las cañas las varas donde se ensartaban.
LA COMIDA: Moles, frijoles, tortillas, guajolotes, tamales, exquisitos panes de huevo, vainilla, nuez y muchas cosas más se ofrendan con profunda sinceridad. Además se preparan los platillos que más agradarán la difunto y se disponen en su lugar para complacerle.
EL MOLE: con pollo, gallina o guajolote, aunque también le agregan barbacoa con todo y consomé. Son platillos favoritos que ponen en el altar con objeto de deleitar el ánima que nos visita.
CHOCOLATE DE AGUA: La tradición prehispánica dice que los invitados tomaban chocolate preparado con agua.
FRUTAS: Piñas, plátanos, mangos, zarzamoras, capulines, entre otras, eran ofrecidas para compartir el placer de su degustación. Simbólicamente expresan que estamos sujetos a un constante devenir entre ciclos de nacimiento, vida, muerte y renacimiento. De la tierra fuimos formados y a ella somos reintegrados.
LAS CALAVERAS DE AZÚCAR:
Son alusión a la muerte siempre presente.
EL LICOR: Es para que recuerde los grandes acontecimientos agradables durante su vida y se decida a visitarnos.
UNA CRUZ GRANDE DE CENIZA: Sirve para que al llegar el ánima hasta el altar pueda expiar sus culpas pendientes.
PAPEL PICADO: Puede ser adornado el altar donde descansan también figuras de barro, incensario o ropa limpia para recibir a las ánimas.
JUGUETES: Símbolos de aprecio a los niños fallecidos. Se dice que el dejar juguetes en la ofrenda, contribuye a hacer más intensa de felicidad durante la conmemoración ceremonial.
FOTO: Se supone que los rostros hacen presente con mayor intensidad a los difuntos en su celebración. Es una manera de exaltar
los recuerdos para dar solemnidad y respeto a las ánimas.

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